Desde el 2010 la dieta mediterránea es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, no solo por sus valores tan arraigados de tradición y cultura, además también por los amplios beneficios para la salud, incluidos por supuesto, los que ocasiona sobre la salud bucodental.
Hoy, el respaldo cientifico ha hecho que la American Heart Association reconozca este patrón alimentario como absolutamente saludable y un aliado para prevenir enfermedades cardiovasculares y algunos de sus factores de riesgo (obesidad, diabetes, hipertensión arterial).
Los países a orillas del Mediterráneo gozan de una dieta basada en cereales Integrales, verduras, legumbres, frutas y semillas, también incluye lácteos, huevos, pescado y carne blanca y su producto consentido y principal fuente de grasas añadidas, el aceite de oliva.
La repercusión de una dieta balanceada y saludable en la salud bucal ha sido descrita de manera científica, en donde fue evidente una reducción del sangrado gingival y menor frecuencia de enfermedad peridontal grave, lo que no sucedía con los pacientes que mantenían una dieta occidental caracterizada por un alto consumo de azúcar, carbohidratos y alimentos altamente procesados, bajo contenido de micro nutrientes y fibra.
Dentro de este concepto debe excluirse el alcohol y debe sumarse la moderación, pues ningún exceso es bueno y más aún si de alimentación hablamos. En general una dieta saludable se verá reflejada en una mejor salud general y bucal, reduciendo los niveles inflamatorios y mejorando la reacción del cuerpo a los ataques externos.
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